Plano graderío Sebastián Monleón

Situada a las afueras de la ciudad en el momento de su construcción junto a una de las más importantes puertas de la muralla, la de Ruzafa. Sebastián Monleón Estellés, la formaliza al exterior mediante cuatro galerías porticadas de ladrillo visto, de arcos escarzados en su planta baja y de medio punto en las tres galerías superiores, coronadas por una balaustrada de piedra, en una disposición clásica.

Se trata de un inmueble de cuerpo poligonal de cuarenta y ocho lados, de 17,50 m. de altura y 52 m. de diámetro interior, de estructura portante y acabados de ladrillo visto. Fue declarado en 1983 Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural en el Plan General de València vigente, del año 1988.

Esta construcción se dispone en forma de anillo circular de 108 m. de diámetro exterior y 52 en su lado interno, inicialmente con una capacidad cercana a los 20.000 espectadores. En la obra predomina el uso generalizado del ladrillo de esmerada factura y la madera, pero es de destacar la temprana utilización de columnas de hierro fundido que dotan de una funcional transparencia a la zona de los palcos.

En 1967 se realizaron diversas modificaciones,  reduciendo el diámetro del ruedo y se ganaron tres filas de barreras. Se cambió la antigua gradería de madera por la de hormigón actual y se construyeron los nuevos corrales de toros. Se demolieron los cierres exteriores que impedían la visión completa de las galerías desde la calle Xátiva sustituyendo la pavimentación original de la planta baja. Los accesos fueron ampliados para ganar en seguridad y se construyeron los nuevos corrales de toros.

Además,  en 2010, en otra importantísima actuación de la Diputación de València amplió la distancia entre asientos de todos los tendidos, perdiéndose 2.500 localidades pero ganando en comodidad para el espectador reduciéndose de 16.851 a 10.500 espectadores.

El Hospital General de València es, desde 1625, el propietario de la plaza de toros, que es administrada por la Diputación de València.

Además de espectáculos taurinos, en su arena se han podido ver funciones de toreo bufo, de fieras y de gente de circo; se han quemado fallas, se han organizado competiciones deportivas y, dependiendo del momento, se han podido ver cine, teatro, escuchar ópera, conciertos o asistir a mítines políticos.

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